Echo, la gran danesa, nació sorda y ciega, y su dueño la veía como una “carga no deseada”. La perra tenía solo 12 semanas cuando la enviaron a sacrificar, pero su destino cambió cuando una mujer llamada Marion Dwyer se fijó en ella. Marion recuperó a Echo de inmediato y la llevó a su casa en Niagara Falls, Nueva York.

Echo, a pesar de sus limitaciones, se convirtió en la perra más encantadora y cariñosa. Sin embargo, no fue hasta que Marion quedó embarazada que notó una diferencia significativa en el comportamiento de Echo.

¡Echo siempre rodeaba a Marion y acurrucaba el bulto del bebé como si supiera que su “humano favorito” estaba dentro!

Echo ha sido nada menos que una cariñosa hermana mayor para Jennie desde que nació. Ella vigila de cerca a su pequeña humana y nunca la deja sola ni por un segundo.

Comen, juegan y duermen juntos, ¡e incluso han empezado a salir a caminar juntos! Marion cree que Jennie y Echo “hablan” en su propio lenguaje oculto, ¡que supera toda comunicación humana!

Estamos impresionados por el fuerte apego que Jennie, de 17 meses, tiene con su hermana perrita en este video.

La joven parece estar tranquila mientras lleva a Echo a pasear con valentía por el vecindario, mientras el enorme canino protege con orgullo a Jennie de cualquier daño.

Esta conmovedora historia demuestra que los caninos lisiados adoran a sus dueños y merecen una segunda oportunidad en la vida.