Cuando Melody Rezzonico conoció por primera vez a Gus, supo que tenía mucho sentido. Ella vio su sonrisa y se enamoró de inmediato. Gus solo tenía dos patas traseras, por lo que Rezzonico inicialmente no entendía sus necesidades médicas, pero sabía que valía la pena luchar, de todos modos.
Cuando vio su foto por primera vez, comentó que parecía un pequeño canguro. Luego continuó enviando una foto a su madre, alegremente diciéndole a su madre que quería que Gus fuera su próximo perro.
Gus tenía solo cuatro meses cuando fue abandonado en Dakota del Sur. Afortunadamente, Rezzonico se encontró con él en un refugio local poco después, y de inmediato supo que tenía un nuevo hogar.
Rezzonico tiene otros dos perros, uno de los cuales es un pastor, pero ella inmediatamente supo que Gus era el más activo de los tres. No permitió que sus piernas perdidas lo retuvieran. Por lo tanto, Rezzonico sabía que tenía que comprarle una silla de ruedas personalizada para ayudarlo a correr y explorar como sus hermanos y hermanas.
Gus adora su nueva silla de ruedas! Se desempeñó bien en las carreteras y en las rocas, pero en algunos lugares las ruedas no le ayudaron mucho. A menudo es golpeado por las ruedas en la nieve o cuando se desvían de la ruta. Rezzonico sabía que podía hacer más para ayudarlo.
Finalmente, Rezzonico llevó a Gus de Wyoming a Virginia y visitó la tienda de falsificaciones de animales OrthoPets. Una vez que llegaron a su destino, pudieron equipar a Gus con una prótesis personalizada de la carcasa corporal. Ella fue capaz de darle una prótesis en forma de esquí para que pudiera moverse fácilmente por la nieve.
Ahora, Gus tiene una gran variedad de prótesis que le ayudan a moverse en todo tipo de terrenos. Va a nadar, lleva una mochila y canoa. Además, ha viajado a muchos lugares diferentes, corriendo a través de dunas e incluso escalando montañas altas 14. ¡Mil pies! No permitiría que sus piernas perdidas lo retuvieran.
“Sólo porque es un poco diferente no significa que no merezca la pena luchar.
Como cachorro, Gus puede tener una vida difícil, pero gracias a su nueva familia, es capaz de recibir el amor y el cuidado que se merece. Rezzonico nunca lo abandonó, por lo que puede ser el perro alegre y enérgico que siempre ha querido ser.
Todos los perros merecen este nivel de amor y afecto, sin importar lo que pasen. La historia del rescate de Gus es inspiradora y espera que más personas acepten a los perros de rescate.